Tel Aviv / Jerusalén – El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, atraviesa uno de los momentos más complicados de toda su carrera política. A la presión internacional se suman protestas masivas en las calles de Israel, divisiones internas dentro de su propio entorno y hasta órdenes de arresto internacional por parte de la Corte Penal Internacional (CPI). Todo ello dibuja un escenario donde su continuidad en el poder ya no parece segura.


Protestas masivas exigiendo un acuerdo de paz

En los últimos días, miles de israelíes han abarrotado las plazas de Tel Aviv y Jerusalén para exigir un alto al fuego inmediato en Gaza y negociaciones urgentes para liberar a los 48 rehenes aún cautivos. Las manifestaciones, que crecen cada semana, muestran un descontento popular inédito. Muchos señalan a Netanyahu como principal responsable de la parálisis política y militar, y hasta voces internacionales piden que Estados Unidos presione para desbloquear un acuerdo.



El fracaso de la anexión en Cisjordania

Otro revés llegó con el súbito colapso del plan de anexión de Cisjordania. Netanyahu se vio obligado a retirarlo tras una contundente advertencia de los Emiratos Árabes Unidos, que calificaron la medida como una “línea roja” inaceptable. La amenaza de ruptura de los Acuerdos de Abraham supuso un golpe estratégico, dejando a Israel aislado en un momento crítico y debilitando la narrativa expansionista del gobierno.


Fuego amigo: críticas desde el Mossad

Las tensiones internas no se quedan atrás. Yossi Cohen, exjefe del Mossad y figura respetada en el aparato de seguridad israelí, sorprendió al pedir públicamente la dimisión de Netanyahu. Según Cohen, el actual primer ministro ya no es capaz de unificar al país ni de garantizar un liderazgo estable. Estas declaraciones han dado mayor legitimidad a la idea de que incluso dentro del establishment israelí crece la desconfianza hacia el gobierno.


El escándalo “Qatargate” salpica a su entorno

A la crisis política y social se suma un nuevo escándalo: el llamado “Qatargate”. Una investigación del Shin Bet apunta a que asesores cercanos a Netanyahu habrían recibido apoyo financiero de representantes qataríes con el objetivo de promover intereses de Doha en Israel. El caso, aún bajo investigación, amenaza con erosionar aún más la credibilidad del gobierno y abrir un nuevo frente de sospechas de corrupción.


Netanyahu ante la Corte Penal Internacional

La presión internacional se recrudece. La Corte Penal Internacional emitió en noviembre de 2024 órdenes de arresto contra Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, acusándolos de crímenes de guerra. Entre los cargos figuran el uso del hambre como arma, asesinatos y persecución sistemática contra la población civil en Gaza. Aunque Israel no reconoce la jurisdicción de la CPI, el impacto político y diplomático de estas órdenes ha sido demoledor.


Un liderazgo en la cuerda floja

Con protestas en la calle, fracasos diplomáticos, críticas desde el Mossad, escándalos de corrupción y órdenes de arresto internacional, Netanyahu enfrenta una tormenta perfecta. Nunca antes su liderazgo había estado tan cuestionado, tanto dentro como fuera de Israel.

La gran incógnita es si logrará resistir o si, por el contrario, este será recordado como el principio del fin de su largo reinado político.


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